El Independiente del Valle pierde una batalla, pero puede ganar la guerra..

Este sábado 1 de mayo de 2010, el Independiente del Valle perdió una batalla en el fútbol ecuatoriano frente al Bicampeón reinante que consiguió una remontada de dos goles, para imponerse por 3-2 en el estadio Atahualpa, sin embargo en materia de negocios el club de Sangolquí parece tomar clara delantera en la clasificación nacional.

Y es que el futbol, como cualquier otro espectáculo de entretenimiento, es un negocio que requiere inversión, financiamiento para que con una adecuada administración pueda obtener rentabilidad: por un lado para el cliente que en este caso es el espectador que busca dos horas de emociones a cargo de su equipo; por otro lado para el accionista que deposita su dinero en la organización. 

El Arq. Michel Deller lo sabe muy bien: es el principal accionista de centros comerciales en Quito y Guayaquil que no paran de crecer (Quicentro, San Luis), y desde el año 2007 es el presidente del Club Social y Deportivo Independiente José Terán.

El arq. Deller, distinguía ya experiencia previa en este tipo de negocio, ya que con anterioridad había invertido en otro equipo nacional: el Deportivo Quito, donde los históricos problemas de gestión de una administración viciada, descubrieron su error de manera similar a lo que comprobó posteriormente el grupo SEK. 

Pero como todo proyecto de inversión, esa experiencia anterior parece haber servido para que el proyecto futbolístico del grupo al que lidera Deller se desarrolle con mayor minuciosidad en base a un planificado proceso de largo plazo, donde el activo requerido fue encontrado en el valle de los chillos, jugando en la segunda categoría y con un publico objetivo afín a negocios relacionados (Salgolqui - Independiente del Valle - 8000 espectadores - Centro Comercial San Luis). 

El proyecto se inició, la administración cambió, y el negocio comenzó a dar sus frutos: el equipo se consolidó campeón de la tercera categoría en los primeros meses de inversión, subió a la serie B, y en apenas 2 años ascendió a la serie A al coronarse campeón de segunda división, por encima de la Universidad Católica: equipo con mayor capital de dicha categoría (del que el Dr. Fidel Egas es presidente vitalicio).

El resultado de un proceso estructurado y de una gestión adecuada, es claro: un club fundado hace 52 años requiere de apenas  2 años para hacer sus primeras exportaciones:  Jefferson Montero (vendido en $1 750 000 al Villarreal) y de Fernando Guerrero (préstamo al Burnley de Inglaterra), y sin parecer notar sus ausencias clasificar a la serie A para hacer sufrir a los "grandes" como este domingo con el Deportivo Quito.

Deller es ya propietario de la "identidad del valle de los chillos" y el proyecto continua: el club ya cuenta con un complejo deportivo de 20 hectáreas, donde se ha invertido en la infraestructura necesaria como para desarrollar juveniles, mientras se está impulsando con mayor fuerza a jóvenes valores de la propia institución, y ya se piensa en la construcción del estadio.

Si bien la Liga de Quito ya nos ha dado ha demostrado lo que gestionar una marca con orientación hacia el cliente bajo los fundamentos de objetivos claros puede conseguir, el Independiente del Valle parece a dia de hoy un claro ejemplo de la exitosa construcción de una marca deportiva en base a un planificado y controlado proceso de inversión a largo plazo.

Teniendo en cuenta que este ejemplo en marcha es la realidad del espectáculo a nivel global donde en paises como España el Real Madrid se apalancó en 350 millones de euros de financiamiento bancario o bien el Manchester City de Inglaterra se financia de un grupo árabe para superar en clasificación al historico Liverpool, no logro distinguir con claridad si es en realidad se trata de una virtud de la directiva del Independiente del Valle el hacer las cosas como se debe, o si mas bien eso solo evidencia MAS la ausencia de proyectos estructurados a largo plazo con planificación, desarrollo y control de las demás instituciones que compiten a nivel nacional.

El campeonato ecuatoriano de futbol es una marca que consumen millones de habitantes de la nación, perteneciente a un monopolio llamado FEF, de manera que no hay alternativas de consumo. Pero al estar constituido por una serie de productos malos o pésimos, es imposible exportar ya que no goza de ventajas competitivas y uno de los resultados es no estar en el mundial. 

Sin embargo da gusto notar que producto a producto la situación va cambiando, consiguiendo algunos llegar a ser los mejores de sudamerica y competir a nivel global, y como resultado ayudar a impulsar el "hecho en ecuador".